Qué es el fondo de comercio

Dentro del mundo empresarial conviene aclarar una serie de términos que, no por ello menos conocidos para los no iniciados, tienen una importancia capital. Uno de estos es el denominado fondo de comercio, también conocido como goodwill en inglés, un concepto fundamental para valorar una empresa o para analizar sus balances.

Se denomina fondo de comercio a todo valor intangible que posee una empresa. Merece tanta importancia como todo aquello que sí que tiene un carácter material. Y es que hay elementos que, por su naturaleza, no pueden quedar registrados en los libros contables. A todo ello se le denomina fondo de comercio.

¿Y qué es exactamente? Muy sencillo, se trata de valores como el prestigio, su cartera de clientes, su forma de organizarse y de trabajar o el propio valor de la marca. Podríamos decir que el fondo de comercio es todo aquello que no se ve de una compañía, pero que le aporta un valor que no puede ser despreciado. Es más, para algunas empresas, su fondo de comercio puede ser mayor incluso que el de sus propios activos. Si hacemos una sencilla comparación con el mundo natural, la parte no visible en un iceberg es el fondo de comercio de la compañía.

Piensa en alguna empresa conocida en todo el mundo. Vamos a poner el ejemplo de Apple. Aparte de su valor, estimado actualmente en 2 billones de dólares, cuenta con un prestigio como marca y con una filosofía tan valiosa como sus propios activos. Esto es patente en su clientela, tremendamente fiel a la marca.

Pero para terminar de entender este concepto vamos a poner los pies sobre la tierra y poner un ejemplo algo más cercano. Supongamos que se produce la operación de venta de una compañía que cuenta con un valor de 2 millones de euros. Finalmente se vende en 2.300.000 €. El fondo de comercio de esa empresa es de 300.000 €, la diferencia de su valoración neta de 2 millones y lo que finalmente se ha pagado por ella.

¿Debe ser tenido en cuenta?

Obviamente, el fondo de comercio no es un valor que pueda ser despreciado. Gracias a él tenemos una visión globalizada del valor total. Pero ya en España tiene un marco legal dentro del Plan General de Contabilidad, promulgado en el Real Decreto 1514/2007, obligatorio para cualquier empresa, y en el que se hace mención, de manera profusa, en este texto.

Así que no cabe duda de que debe ser tenido en cuenta, tanto desde el punto de vista contable como desde el punto de vista económico-financiero. Pero en cuanto a su amortización hay cierta controversia, mientras la regulación europea establece que no debe amortizarse, sino que debe calcularse cada año para contabilizar posibles revalorizaciones o deterioros de su valor, hay algunos países que establecen que debe amortizarse contable y fiscalmente. Al tratarse de un activo intangible con un importante criterio subjetivo en su valoración, el fondo de comercio ha sido históricamente objeto de controversia.

Calcular el fondo de comercio

Generalmente el fondo de comercio se puede calcular mediante tres métodos, que, de más sencillo a más complejo, son los siguientes:

• Ganancias promedio: se selecciona un conjunto amplio de años, se calcula el beneficio promedio y se multiplica por el número de años. Es un método poco preciso, pero generalmente aceptado.
• Ganancias excedentarias: se obtienen restando a los resultados promedio los resultados reales. Es un método más detallado. Una vez las obtenemos las multiplicamos por el número de años para obtener el fondo de comercio.
• Capitalización de ganancias: para calcular este método primero se calcula cuánto capital es necesario para obtener las ganancias promedio o las ganancias excedentarias, es lo que se llama el valor capitalizado de las ganancias y a este concepto se le resta el patrimonio neto de la compañía para obtener el fondo de comercio.